#HISTORIAS. Paraguay. Secuestro Y desaparicion De Agustin Goiburu Dirigente Paraguayo. Via Agenda Tematica Popular.
9 de febrero de 1977 – Secuestro y desaparición de Agustín Goiburú, dirigente paraguayo.
Agustín Goiburú fue un dirigente político paraguayo del Movimiento Popular Colorado (Mopoco) que se opuso tenazmente a la dictadura de Alfredo Stroessner y terminó siendo asesinado en el marco del Operativo Cóndor en 1977. Goiburú era un médico que realizó su especialización en traumatología en el Brasil. A su vuelta al país trabajó en el Instituto de Previsión Social y en el Policlínico Policial “Rigoberto Caballero”.
Paralelamente, realizaba una activa militancia dentro del Partido Colorado, agrupación política que apoyaba al general Stroessner, quien estaba en el poder desde 1954. Sus denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por la dictadura lo llevaron a integrar el grupo de dirigentes colorados que debió exilarse en 1959. Goiburú se asiló previamente en la embajada uruguaya con el artistaTeodoro S. Mongelós y otros activistas que, más tarde, constituirían en el exilio el movimiento disidente Mopoco.
Se instaló primero en Santa Ana y, más tarde, en la fronteriza ciudad argentina de Posadas, situada frente a Encarnación, al sur del Paraguay, donde ejercía como médico.
En esos años denunció a los medios de prensa que, flotando en el río Paraná, aparecían cadáveres, mutilados y con rasgos de tortura, de ciudadanos paraguayos que eran tirados desde aviones. Se trataba de combatientes del movimiento insurgente “14 de mayo” que habían sido apresados por el ejército paraguayo. Fueron acusados de comandar esa represión el ministro del Interior, Edgar L. Ynsfrán y el jefe de Policía, Ramón Duarte Vera.
Opositor acérrimo a la dictadura de Stroessner, Agustín Goiburú intentó llamar la atención internacional sobre el caso Paraguay, al planear el secuestro de un avión de la línea estatal TAM (Transporte Aéreo Militar) que descendía en Encarnación. El objetivo era llegar hasta Punta del Este (Uruguay) donde se desarrollaría en 1962 una reunión de cancilleres americanos a la que asistirían figuras relevantes de la política continental. Sin embargo, el plan llegó a conocimiento de la seguridad stronista que montó un cerco del que Goiburú logró escapar de manera casi milagrosa.
Después de meses de prisión logra fugarse de la cárcel en 1971, recurriendo a la Embajada Chilena bajo el amparo del gobierno de la Unidad Popular.
Convencido de que la caída de Stroessner solo podría producirse por métodos violentos, en 1974 Goiburú articuló la participación de activistas de Mopoco y de estudiantes paraguayos en la Universidad de La Plata para realizar un atentado contra el general Stroessner. Una camioneta cargada de explosivos estaría estacionada en el trayecto que realizaba cotidianamente en auto del dictador, cerca de la estación central del ferrocarril en el centro asunceno. El operativo falló varias veces, por distintos motivos y terminó siendo descubierto por un oficial de la Marina, quien había sido contactado por uno de los implicados, Evasio Benítez, para proveerle de explosivos.
En noviembre de 1974 la Policía descubrió el intento de atentado y, a más de ejecutar a Benítez, apresó a los hermanos Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba, a Carlos Mancuello y a Amílcar Oviedo. Los cuatro últimos permanecieron detenidos y torturados hasta el 21 de septiembre de 1976, cuando la Policía decidió eliminarlos. Sus cuerpos nunca fueron encontrados.
Desde entonces, Agustín Goiburú se convirtió en el enemigo público número uno del régimen de Stroessner. Era, además, el gran referente del exilio paraguayo y el único con capacidad de organizar un amplio frente de resistencia desde el territorio argentino. Todos sus movimientos eran vigilados por una red de espías que mantenían informados al dictador paraguayo de sus pasos. Por otra parte, había comenzado a funcionar desde fines de 1975, un pacto secreto de cooperación clandestina entre las dictaduras de la región, denominado Operativo Cóndor. Mediante esta alianza de los gobiernos militares les era posible intercambiar información y prisioneros y realizar operativos conjuntos.
Al saberse seguido y viendo que su situación personal era insegura, Goiburú decidió mudarse a Paraná (Entre Ríos), ciudad alejada de la frontera paraguaya, en marzo de 1975. Pese a ello un operativo conjunto coordinado desde Asunción y del que participaron agentes paraguayos y argentinos lo secuestraron el 9 de febrero de 1977.
Paralelamente, realizaba una activa militancia dentro del Partido Colorado, agrupación política que apoyaba al general Stroessner, quien estaba en el poder desde 1954. Sus denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por la dictadura lo llevaron a integrar el grupo de dirigentes colorados que debió exilarse en 1959. Goiburú se asiló previamente en la embajada uruguaya con el artistaTeodoro S. Mongelós y otros activistas que, más tarde, constituirían en el exilio el movimiento disidente Mopoco.
Se instaló primero en Santa Ana y, más tarde, en la fronteriza ciudad argentina de Posadas, situada frente a Encarnación, al sur del Paraguay, donde ejercía como médico.
En esos años denunció a los medios de prensa que, flotando en el río Paraná, aparecían cadáveres, mutilados y con rasgos de tortura, de ciudadanos paraguayos que eran tirados desde aviones. Se trataba de combatientes del movimiento insurgente “14 de mayo” que habían sido apresados por el ejército paraguayo. Fueron acusados de comandar esa represión el ministro del Interior, Edgar L. Ynsfrán y el jefe de Policía, Ramón Duarte Vera.
Opositor acérrimo a la dictadura de Stroessner, Agustín Goiburú intentó llamar la atención internacional sobre el caso Paraguay, al planear el secuestro de un avión de la línea estatal TAM (Transporte Aéreo Militar) que descendía en Encarnación. El objetivo era llegar hasta Punta del Este (Uruguay) donde se desarrollaría en 1962 una reunión de cancilleres americanos a la que asistirían figuras relevantes de la política continental. Sin embargo, el plan llegó a conocimiento de la seguridad stronista que montó un cerco del que Goiburú logró escapar de manera casi milagrosa.
Después de meses de prisión logra fugarse de la cárcel en 1971, recurriendo a la Embajada Chilena bajo el amparo del gobierno de la Unidad Popular.
Convencido de que la caída de Stroessner solo podría producirse por métodos violentos, en 1974 Goiburú articuló la participación de activistas de Mopoco y de estudiantes paraguayos en la Universidad de La Plata para realizar un atentado contra el general Stroessner. Una camioneta cargada de explosivos estaría estacionada en el trayecto que realizaba cotidianamente en auto del dictador, cerca de la estación central del ferrocarril en el centro asunceno. El operativo falló varias veces, por distintos motivos y terminó siendo descubierto por un oficial de la Marina, quien había sido contactado por uno de los implicados, Evasio Benítez, para proveerle de explosivos.
En noviembre de 1974 la Policía descubrió el intento de atentado y, a más de ejecutar a Benítez, apresó a los hermanos Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba, a Carlos Mancuello y a Amílcar Oviedo. Los cuatro últimos permanecieron detenidos y torturados hasta el 21 de septiembre de 1976, cuando la Policía decidió eliminarlos. Sus cuerpos nunca fueron encontrados.
Desde entonces, Agustín Goiburú se convirtió en el enemigo público número uno del régimen de Stroessner. Era, además, el gran referente del exilio paraguayo y el único con capacidad de organizar un amplio frente de resistencia desde el territorio argentino. Todos sus movimientos eran vigilados por una red de espías que mantenían informados al dictador paraguayo de sus pasos. Por otra parte, había comenzado a funcionar desde fines de 1975, un pacto secreto de cooperación clandestina entre las dictaduras de la región, denominado Operativo Cóndor. Mediante esta alianza de los gobiernos militares les era posible intercambiar información y prisioneros y realizar operativos conjuntos.
Al saberse seguido y viendo que su situación personal era insegura, Goiburú decidió mudarse a Paraná (Entre Ríos), ciudad alejada de la frontera paraguaya, en marzo de 1975. Pese a ello un operativo conjunto coordinado desde Asunción y del que participaron agentes paraguayos y argentinos lo secuestraron el 9 de febrero de 1977.
El 9 de febrero amaneció caluroso. Goiburú vistió su chaqueta de médico, abordó su auto y salió hacia el hospital a tomar el turno. A quince cuadras de allí estaba el Hospital San Martín, al que llegó en menos de diez minutos.
Cerca del mediodía un estrepitoso ruido rompió la modorra en los consultorios. Un auto Ford Falcón verde olivo sin matrícula, tripulado por dos personas, había embestido el vehículo del traumatólogo paraguayo estacionado en la esquina del Hospital. Al ver lo que sucedía el médico salió presuroso a la calle a verificar el daño. Al agachar la cabeza, un hombre de tez oscura lo redujo de un golpe de arma en la nuca. Inmediatamente una camioneta pick-up, con otros dos individuos adentro, ingresó de contramano hasta el lugar, apoyando el operativo. Frente a la atónita mirada de los transeúntes, Goiburú fue alzado aparatosamente al auto y los vehículos abandonaron el lugar en rauda carrera. (Operativo Safari).
Su cuerpo nunca fue ubicado, pese a los intentos de sus familiares.
En el año 2006 la Corte Interamericana de Justicia condenó al Estado paraguayo por la desaparición de Agustín Goiburú y por sus pobres intentos de investigar la verdad histórica.
Cerca del mediodía un estrepitoso ruido rompió la modorra en los consultorios. Un auto Ford Falcón verde olivo sin matrícula, tripulado por dos personas, había embestido el vehículo del traumatólogo paraguayo estacionado en la esquina del Hospital. Al ver lo que sucedía el médico salió presuroso a la calle a verificar el daño. Al agachar la cabeza, un hombre de tez oscura lo redujo de un golpe de arma en la nuca. Inmediatamente una camioneta pick-up, con otros dos individuos adentro, ingresó de contramano hasta el lugar, apoyando el operativo. Frente a la atónita mirada de los transeúntes, Goiburú fue alzado aparatosamente al auto y los vehículos abandonaron el lugar en rauda carrera. (Operativo Safari).
Su cuerpo nunca fue ubicado, pese a los intentos de sus familiares.
En el año 2006 la Corte Interamericana de Justicia condenó al Estado paraguayo por la desaparición de Agustín Goiburú y por sus pobres intentos de investigar la verdad histórica.
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