14 de febrero de 1898 – Nace Raúl Scalabrini Ortiz, escritor, pensador, político argentino
Raúl Scalabrini Ortiz nació el 14 de febrero de 1898 en la provincia de Corrientes, pero de muy niño su familia se trasladó a Buenos Aires.
De joven se sintió atraído por las ideas de izquierda y en particular por la Revolución Rusa, dichas influencias lo llevaron formar parte, por el año 1919, del grupo Insurrexit, aunque esta militancia no perduró por mucho tiempo.
Se recibió de agrimensor, pero siempre mantuvo vivo su interés por la literatura, también se mostró atraído por las actividades deportivas, particularmente por el boxeo, actividad que llegó a practicar.
Su primer libro se llamó La Manga, publicado en 1923, a la edad de 25 años, más o menos por esos años se vinculó al grupo literario Florida, donde conoció a Borges y Mallea, entre otros.
En el año 1924 visitó París, ciudad a la que admiraba como todos los intelectuales latinoamericanos de la época. Luego emprendió una serie de viajes por el interior del país, donde pudo ver en directo la explotación del trabajador por parte de las oligarquías lugareñas.
Scalabrini perteneció a una generación que dilucidó como la historia oficial que se enseñaba en las escuelas, contenía una importante cuota de distorsión, producto de que la misma había sido escrita por los hombres de la oligarquía liberal. Decía al respecto: “La historia oficial argentina es una obra de imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y encadenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa, promotora subterránea de los principales acontecimientos ocurridos en este continente” ... “La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados “capitales invertidos” no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a favor de Gran Bretaña”
Realizó estudios históricos a los efectos de mostrar el efecto nefasto del endeudamiento externo, para eso investigó los resultados del préstamo tomado por Rivadavia con la casa inglesa Baring Brothers: “Vamos a demostrar fehacientemente que el primer empréstito argentino no fue más que un empréstito de desbloqueo, un modo de transportar en forma permanente las ganancias logradas por los comerciantes ingleses en las orillas del Río de la Plata. Es decir, que ese primer empréstito representa una riqueza que se llevó de la Argentina a Inglaterra, no una riqueza inglesa que se trajo a la Argentina”.
Había comprendido, al igual que Arturo Jauretche el papel de la prensa en un país semicolonial como el nuestro: “La prensa argentina es actualmente el arma más eficaz de la dominación británica. Es un arma traidora como el estilete, que hiere sin dejar huella. Un libro permanece, está en su anaquel para que lo confrontemos y ratifiquemos o denunciemos sus afirmaciones. El diario pasa. Tienen una vida efímera. Pronto se transforma en mantel o en envoltorio, pero en el espíritu desprevenido del lector va dejando un sedimento cotidiano en que se asientan, forzosamente las opiniones. Las creencias que el diario difunde son irrebatibles, porque el testimonio desparece”
“ El silencio es un arma tan eficaz como la ley, cuando se maneja con habilidad. El silencio es mortífero para las ideas. El silencio abate toda pretensión de autonomía, coarta la inventiva, impide el análisis, sofoca la crítica, detiene el mutuo intercambio de pensamientos, en que un pensamiento colectivo puede llegar a concretarse”
Hacia fines de 1940 se afilió a FORJA luego que la agrupación quitara de su estatuto la obligación a estar afiliado a la Unión Cívica Radical.
Scalabrini Ortiz apoyó al gobierno peronista pero con su inamovible espíritu crítico, alertando que aún importantes sectores económicos continuaban en manos extranjeras y que la oligarquía ganadera se encontraba agazapada esperando el momento para reaccionar.
El gobierno de Perón no encontró ningún lugar adecuado para pensadores de la talla de Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche, a tal punto que en septiembre de 1955 cuando cayó el gobierno, estaban casi retirados de la actividad política, porque preferían no realizar ninguna crítica que pudiera perjudicar al gobierno, pero una vez producida la derrota, cuando muchos burócratas que ocuparon cargos de importancia huyeron o se llamaron a silencio, Jauretche y Scalabrini efectuaron su reaparición para hacer sentir su voz contra la oligarquía, de nuevo en el poder.
Uno de los aportes más importante que realizó Sacalabrini Ortiz fue el de esclarecer el papel del capital extranjero en los países coloniales y semicoloniales, en el siguiente extenso párrafo se visualizará con claridad su posición al respecto:
“Hoy es ya de conocimiento público: 1°) Que el capital extranjero no ha sido promotor del progreso, sino en la estricta medida en que convenía a los países matrices. 2°) Que el capital extranjero es el mayor enemigo de un progreso auténticamente argentino, porque todo fortalecimiento, sea material, intelectual, moral o espiritual, disminuye por simple inercia la presión de la sujeción extranjera. 3°) Que el capital no es una auténtica riqueza-producto del trabajo de otros pueblos- que se agrega al cuerpo nacional. El capital original de todas las inversiones extranjeras es mínimo hasta el desprecio. Lo fundamental de su aporte es la organización de la parte de la economía argentina que cae bajo su control de tal manera que el trabajo y la riqueza produzcan, no salud, fortaleza y bienestar interior, sino más capital extranjero 4°) Que la influencia del capital extranjero trasciende los límites de su actividad e inficiona con su mefítica influencia todas las jerarquías de la sociedad de tal manera que transforma en enemigos del pueblo a quienes debían ser celosos defensores de sus derechos. Estos acontecimientos adquiridos en el transcurso de los últimos 25 años son los que han acrecentado el sentimiento de resistencia hacia el capital extranjero hasta convertirlo en voluntad de lucha defensiva”.
De joven se sintió atraído por las ideas de izquierda y en particular por la Revolución Rusa, dichas influencias lo llevaron formar parte, por el año 1919, del grupo Insurrexit, aunque esta militancia no perduró por mucho tiempo.
Se recibió de agrimensor, pero siempre mantuvo vivo su interés por la literatura, también se mostró atraído por las actividades deportivas, particularmente por el boxeo, actividad que llegó a practicar.
Su primer libro se llamó La Manga, publicado en 1923, a la edad de 25 años, más o menos por esos años se vinculó al grupo literario Florida, donde conoció a Borges y Mallea, entre otros.
En el año 1924 visitó París, ciudad a la que admiraba como todos los intelectuales latinoamericanos de la época. Luego emprendió una serie de viajes por el interior del país, donde pudo ver en directo la explotación del trabajador por parte de las oligarquías lugareñas.
Scalabrini perteneció a una generación que dilucidó como la historia oficial que se enseñaba en las escuelas, contenía una importante cuota de distorsión, producto de que la misma había sido escrita por los hombres de la oligarquía liberal. Decía al respecto: “La historia oficial argentina es una obra de imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y encadenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa, promotora subterránea de los principales acontecimientos ocurridos en este continente” ... “La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados “capitales invertidos” no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a favor de Gran Bretaña”
Realizó estudios históricos a los efectos de mostrar el efecto nefasto del endeudamiento externo, para eso investigó los resultados del préstamo tomado por Rivadavia con la casa inglesa Baring Brothers: “Vamos a demostrar fehacientemente que el primer empréstito argentino no fue más que un empréstito de desbloqueo, un modo de transportar en forma permanente las ganancias logradas por los comerciantes ingleses en las orillas del Río de la Plata. Es decir, que ese primer empréstito representa una riqueza que se llevó de la Argentina a Inglaterra, no una riqueza inglesa que se trajo a la Argentina”.
Había comprendido, al igual que Arturo Jauretche el papel de la prensa en un país semicolonial como el nuestro: “La prensa argentina es actualmente el arma más eficaz de la dominación británica. Es un arma traidora como el estilete, que hiere sin dejar huella. Un libro permanece, está en su anaquel para que lo confrontemos y ratifiquemos o denunciemos sus afirmaciones. El diario pasa. Tienen una vida efímera. Pronto se transforma en mantel o en envoltorio, pero en el espíritu desprevenido del lector va dejando un sedimento cotidiano en que se asientan, forzosamente las opiniones. Las creencias que el diario difunde son irrebatibles, porque el testimonio desparece”
“ El silencio es un arma tan eficaz como la ley, cuando se maneja con habilidad. El silencio es mortífero para las ideas. El silencio abate toda pretensión de autonomía, coarta la inventiva, impide el análisis, sofoca la crítica, detiene el mutuo intercambio de pensamientos, en que un pensamiento colectivo puede llegar a concretarse”
Hacia fines de 1940 se afilió a FORJA luego que la agrupación quitara de su estatuto la obligación a estar afiliado a la Unión Cívica Radical.
Scalabrini Ortiz apoyó al gobierno peronista pero con su inamovible espíritu crítico, alertando que aún importantes sectores económicos continuaban en manos extranjeras y que la oligarquía ganadera se encontraba agazapada esperando el momento para reaccionar.
El gobierno de Perón no encontró ningún lugar adecuado para pensadores de la talla de Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche, a tal punto que en septiembre de 1955 cuando cayó el gobierno, estaban casi retirados de la actividad política, porque preferían no realizar ninguna crítica que pudiera perjudicar al gobierno, pero una vez producida la derrota, cuando muchos burócratas que ocuparon cargos de importancia huyeron o se llamaron a silencio, Jauretche y Scalabrini efectuaron su reaparición para hacer sentir su voz contra la oligarquía, de nuevo en el poder.
Uno de los aportes más importante que realizó Sacalabrini Ortiz fue el de esclarecer el papel del capital extranjero en los países coloniales y semicoloniales, en el siguiente extenso párrafo se visualizará con claridad su posición al respecto:
“Hoy es ya de conocimiento público: 1°) Que el capital extranjero no ha sido promotor del progreso, sino en la estricta medida en que convenía a los países matrices. 2°) Que el capital extranjero es el mayor enemigo de un progreso auténticamente argentino, porque todo fortalecimiento, sea material, intelectual, moral o espiritual, disminuye por simple inercia la presión de la sujeción extranjera. 3°) Que el capital no es una auténtica riqueza-producto del trabajo de otros pueblos- que se agrega al cuerpo nacional. El capital original de todas las inversiones extranjeras es mínimo hasta el desprecio. Lo fundamental de su aporte es la organización de la parte de la economía argentina que cae bajo su control de tal manera que el trabajo y la riqueza produzcan, no salud, fortaleza y bienestar interior, sino más capital extranjero 4°) Que la influencia del capital extranjero trasciende los límites de su actividad e inficiona con su mefítica influencia todas las jerarquías de la sociedad de tal manera que transforma en enemigos del pueblo a quienes debían ser celosos defensores de sus derechos. Estos acontecimientos adquiridos en el transcurso de los últimos 25 años son los que han acrecentado el sentimiento de resistencia hacia el capital extranjero hasta convertirlo en voluntad de lucha defensiva”.
"Todo lo que nos rodea es falso e irreal. Es falsa la historia que nos enseñaron. Falsas las creencias económicas que nos imbuyeron. Falsas las perspectivas mundiales que nos presentan y las disyuntivas políticas que nos ofrecen. Irreales las libertades que los textos aseguran. Todo lo material, todo lo venal, transmisible o reproductivo, es extranjero o está sometido a la hegemonía financiera extranjera." Raúl Scalabrini Ortiz
Comentarios
Publicar un comentario