Al gran educador latinoamericano en el día de su aniversario.
Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769.Su vida activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los rudimentos de las lenguas española y latina, aritmética e historia. Llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales de 1793 ascendía a 114.
En junio de este mismo año se casa con María de los Santos Ronco. En 1794, presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y el medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Se trata de un planteamiento crítico de la enseñanza colonial. En 1795, cuando el niño Bolívar se fuga de la casa de su tutor, es enviado a vivir en la casa de su maestro Simón Rodríguez, bajo la tutoría de éste.
En 1797, a raíz de ser abortada la tentativa revolucionaria de Gual, España y Picornell, el maestro toma la determinación de salir al extranjero. Llega a Kingston (Jamaica), donde residirá algún tiempo y cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Luego viaja a los Estados Unidos, vive en Baltimore como cajista de imprenta, hasta finales de 1800, y en abril de 1801 se traslada a Francia. Desembarca en Bayona y pasa a París, donde se residencia.
Traduce al español la novela Atala, de Chateaubriand. Son los años del ascenso vertiginoso de Napoleón Bonaparte.
Coincidencialmente, Bolívar, ya viudo, llega a París en 1804. Maestro y alumno se reúnen a poco en Vienay van a madurar entre los dos una sólida y bella amistad. Rodríguez participa de manera decisiva en el nuevo rumbo de Bolívar: el compromiso para siempre con el destino de su patria.
Juntos parten en marzo de 1805, a un viaje que los lleva a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar en Italia: Milán, Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia. En Milán presencian la nueva coronación de Napoleón, esta vez como rey de Italia. El 15 de agosto de ese mismo año, suben al Monte Sacro, en Roma, y Rodríguez recoge para la posteridad el juramento que allí su discípulo hace:
"Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español"
Simón Bolívar
"Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español"
Simón Bolívar
Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de año. Poco tiempo después se separan y, en 1806, inicia Simón Rodríguez un largo peregrinar por Europa, viviendo en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia, donde se dedicó por varios años a la docencia. En 1823, en Londres se encuentra con Andrés Bello.
Regreso a América
Ese mismo año emprende su viaje de retorno a América. Desembarca en Cartagena de Indias, y retoma su nombre de Simón Rodríguez. En Bogotá, en 1824, realiza la primera fundación de una escuela - taller. Sus métodos de enseñanza fueron revolucionarios en su época, de ellos expresó en Eduardo Galeano:
"Don Simón ató las dos cosas: la cabeza y el cuerpo (…) enseñaba a sumar y restar, leer y escribir pero también a usar las manos para las tareas de la carpintería, herrería, barro y tierra (...) él dignificó el trabajo manual"
"Don Simón ató las dos cosas: la cabeza y el cuerpo (…) enseñaba a sumar y restar, leer y escribir pero también a usar las manos para las tareas de la carpintería, herrería, barro y tierra (...) él dignificó el trabajo manual"
Visita Panamá, Guayaquil y otros lugares. Al año se reúne en Lima con Bolívar. Antes, a su paso por Ecuador deja varias obras; en Latacunga, dicta clases de Agricultura y Botánica en el Colegio Nacional; en Quito presenta al Gobierno un Plan de colonización para el Oriente del Ecuador, y en Ibarra, funda una Sociedad de Socorros Mutuos.
Bolívar lo incorpora al grupo de sus colaboradores directos. A mediados de abril, parte con Bolívar hacia varias ciudades de Perú y pasa por Bolivia. En noviembre de ese mismo año, Bolívar lo nombra Director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y Director General de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana.
En enero de 1826, Bolívar regresa a Lima, y Rodríguez se queda en Bolivia; no volverán a verse jamás. En ese mismo año, funda la segunda escuela - taller, esta vez con proyecciones para toda Bolivia, desde Chuquisaca.
Marcha en 1828 para Arequipa, donde publica un ensayo previo a la obra Sociedades Americanas en 1828. En esta obra insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase:
"La América Española es Original y Originales han de ser sus instituciones y su gobierno y originales sus medios de fundar uno y otro. O Inventamos o Erramos"
Simón Rodríguez
Simón Rodríguez
En 1830, aparece su libro El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, un vibrante alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año, circula su ensayo científico Observaciones sobre el terreno de Vincocaya.
En 1831, Simón Rodríguez contrae segundas nupcias con Manuela Gómez, en Perú. Desde Lima acepta la dirección de una escuela y publica su libro Luces y Virtudes Sociales, donde afirma su concepto de la escuela primaria puntualizando la diferencia entre instruir y educar. Seguidamente, se edita en la misma ciudad el Informe sobre Concepción después del Terremoto de febrero de 1835. Rodríguez se encuentra por segunda vez con Andrés Bello, ahora en Santiago de Chile, y reedita en Valparaíso, Luces y Virtudes Sociales (1838). Publica varios artículos en El Mercurio.
En 1842, reedita su obra Sociedades Americanas en 1828, emprende viaje a Ecuador en 1843 y a su paso por el puerto de Paita (Perú), se entrevista con Manuela Sáenz.
Años más tarde, publica en El Neogranadino, periódico de Bogotá, su Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana. En 1850, vuelve a Latacunga y, en 1851, entrega al Colegio de San Vicente sus Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga.
Muerte
En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a buena parte de la ciudad.
En 1853, emprende un nuevo viaje al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853.
Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en el Panteón Nacional de Venezuela.
Aportes de Simón Rodríguez al desarrollo de la Educación Técnica y Profesional
En muchos de los escritos del maestro se encuentran sus ideas acerca de la necesidad del desarrollo de la educación, de la importancia de la escuela, de la necesidad de la formación del maestro, algunos elementos didácticos, así como importantes ideas acerca de la Educación Técnica.
Es de destacar que en el artículo “Consejos de amigo, dados al Colegio de Latacunga” (1850 -1851) hace una propuesta de cómo debe organizarse un instituto para preparar al hombre para el trabajo, lo que hoy se denomina Educación Técnica, que tienen plena vigencia en estos momentos de crisis económica que vive el mundo.
En este sentido planteó la necesidad de preparar a los artesanos teniendo en cuenta los descubrimientos de la época, pero que para trabajar en ello y conocerlos es indispensable que los artesanos dominen las condiciones mínimas para poder comprenderlas, y se refiere no solo a saber leer, sino también a escribir y contar, pues desde entonces el Maestro estaba planteando la necesidad de que para transformar el mundo que le rodea al hombre, éste debe tener los conocimientos necesarios y por esa razón defendió la necesidad de la preparación los mismos.
Hace referencia a los descubrimientos que se hacen así como a la necesidad de que todos sean capaces de recibirlos para contribuir a los adelantos sociales.
Por otro lado se refiere a la necesidad de preparar a todo el pueblo sin distinción de raza, y la importancia del dominio teórico y práctico elemento que es imprescindible para el desarrollo tanto del individuo como para la sociedad.
Elementos que hoy constituyen pilares de la educación ya eran solicitados por Simón Rodríguez en el siglo XIX, como son el conocimiento para relacionarse en sociedad, el desarrollo físico del hombre para tener la fortaleza necesaria para vivir, así como el desarrollo de la ciencia como elemento necesario para la sociedad. En tal sentido hoy todos defienden la necesidad de la ciencia, pero esto constituía una preocupación del maestro para la formación del hombre y el desarrollo social desde entonces.
En esta dirección destacó elementos importantes que debía atenderse en la escuela y en sus consejos se puede ver como ya defendía elementos de la economía de la escuela, el uso del castellano y de las lenguas autóctonas, la necesidad del estudio de la historia así como de las ciencias, así como también la importancia de los oficios, conjuntamente con la proposición de un sistema de asignaturas con elementos teóricos y prácticos, considerados por él como aspectos necesarios para la cultura general del individuo.
También se refirió a la necesidad de estudiar el mundo que nos rodea y la naturaleza para poder explicar los fenómenos que ocurren.
Sobre los trabajadores agrícolas, insistió en la necesidad de tener agricultores con preparación, no solo en elementos del campo, sino también en elementos de la economía, de forma tal que el colegio atendiera sus propios problemas.
En otro momento se refirió a elementos de la Higiene Escolar, y a la necesidad de los recursos materiales necesarios para el desarrollo de las actividades prácticas, haciendo énfasis en la preparación del maestro.
Se considera a Simón Rodríguez como un maestro de amplia cultura que pudo ver la necesidad de la educación como preparadora del hombre para la vida, por lo que se plantea que fue un precursor de la Educación Técnica, pues en su pensamiento pedagógico se reflejan ideas que hoy se defienden como retos de este subsistema y constituyen pilares para el desarrollo de la educación latinoamericana.
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