31 de octubre de 1553, aparece la primera comunidad negra en América Latina – Ecuador - que logró liberarse de la esclavitud. Su líder, Alfonso de Illescas.
Alonso de Illescas fue un estratega, (persona que conocía como hacer la guerra de guerrillas). Rechazó a muchas expediciones militares en contra de los negros y los originarios de las tierras esmeraldeñas, derrotando uno tras otro a los capitanes españoles. Estos acometían a la empresa, con el afán de buscar las esmeraldas, el oro, la madera, la tierra, y también para evitar que los negros se aliaran con los piratas ingleses y causaran daños a los intereses españoles.
Alonso de Illescas, nombre que adquirió de su amo, el mercader de Sevilla, había nacido a orillas del río Senegal - África - era lúcido, sabía leer y escribir, astuto y buen guerrero, pronto aprendió las lenguas locales y supo ganarse la amistad y el respeto de los indígenas de la región.
Cuando se encontró con el sacerdote Miguel Cabello de Balboa en la desembocadura del río Atacames. Subrayamos que a la invitación hecha por Balboa a Alonso de acercarse a los sacramentos de la Iglesia Católica, contestó: “mientras estoy ocupado en la redención de esa gente, prefiero esperar”. Rechazó así la gran mentira del conquistador “Por Dios y por el Rey”. Comprendió que Dios es Dios de libertad, Dios de la Vida, que va más allá de los imperios humanos, de las iglesias, para conseguir la instauración en Cristo de único Reino de paz, justicia y hermandad.
También fue un verdadero gobernante. Nunca se dejó sobornar. Rechazó el título de gobernador, que el presidente de la Real Audiencia, le ofreció por escrito y le hizo llegar a sus manos, por intermedio del sacerdote Miguel Cabello de Balboa.
Fue un formador de líderes, empezando por su hijo Alonso Sebastián de Illescas y su nieto Jerónimo. De modo que fueron amantes de la justicia y de la libertad, manteniendo su territorio libre del dominio español.
En 1997 fue reconocido Alonso de Illescas como Héroe Nacional.
Alonso de Illescas, nombre que adquirió de su amo, el mercader de Sevilla, había nacido a orillas del río Senegal - África - era lúcido, sabía leer y escribir, astuto y buen guerrero, pronto aprendió las lenguas locales y supo ganarse la amistad y el respeto de los indígenas de la región.
Cuando se encontró con el sacerdote Miguel Cabello de Balboa en la desembocadura del río Atacames. Subrayamos que a la invitación hecha por Balboa a Alonso de acercarse a los sacramentos de la Iglesia Católica, contestó: “mientras estoy ocupado en la redención de esa gente, prefiero esperar”. Rechazó así la gran mentira del conquistador “Por Dios y por el Rey”. Comprendió que Dios es Dios de libertad, Dios de la Vida, que va más allá de los imperios humanos, de las iglesias, para conseguir la instauración en Cristo de único Reino de paz, justicia y hermandad.
También fue un verdadero gobernante. Nunca se dejó sobornar. Rechazó el título de gobernador, que el presidente de la Real Audiencia, le ofreció por escrito y le hizo llegar a sus manos, por intermedio del sacerdote Miguel Cabello de Balboa.
Fue un formador de líderes, empezando por su hijo Alonso Sebastián de Illescas y su nieto Jerónimo. De modo que fueron amantes de la justicia y de la libertad, manteniendo su territorio libre del dominio español.
En 1997 fue reconocido Alonso de Illescas como Héroe Nacional.
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