14 de agosto de 1881 – Reivindicación de la medicina Cubana
Carlos J. Finlay descubre el agente transmisor de la fiebre amarilla
Aunque para gran parte de la comunidad científica latinoamericana, desprovista de todo interés comercial y al servicio de los intereses de su Pueblo, la gloria del médico camagüeyano Carlos J. Finlay por haber descubierto en el mosquito Aedes aegipti el agente transmisor de la fiebre amarilla, estuvo siempre fuera de dudas, internacionalmente era éste un mérito que se le escamoteaba en favor del médico norteamericano Walter Reed y de la Comisión Militar Americana a su cargo, que operó en Cuba durante el primer gobierno interventor norteamericano. De ahí la importancia de la aprobación unánime de la moción presentada por la delegación cubana al X Congreso Internacional de Historia de la Medicina, celebrado en septiembre de 1935 en Madrid, bajo la presidencia del célebre doctor Gregorio Marañón. Allí se reconoció: “que Finlay fue el primero en establecer científicamente el principio de la transmisibilidad de las enfermedades infecciosas, del hombre atacado, al hombre sano no inmune, por insectos chupadores intermediarios, el 14 de agosto de 1881”. En dicho congreso se estableció además, que Finlay fue el primero en formular los principios higiénicos para la prevención de la enfermedad, y se aclaró el extraordinario papel desempeñado por su doctrina en el saneamiento del área del Canal de Panamá durante su construcción. El médico cubano había expuesto su teoría en un trabajo en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en 1881.
Aunque para gran parte de la comunidad científica latinoamericana, desprovista de todo interés comercial y al servicio de los intereses de su Pueblo, la gloria del médico camagüeyano Carlos J. Finlay por haber descubierto en el mosquito Aedes aegipti el agente transmisor de la fiebre amarilla, estuvo siempre fuera de dudas, internacionalmente era éste un mérito que se le escamoteaba en favor del médico norteamericano Walter Reed y de la Comisión Militar Americana a su cargo, que operó en Cuba durante el primer gobierno interventor norteamericano. De ahí la importancia de la aprobación unánime de la moción presentada por la delegación cubana al X Congreso Internacional de Historia de la Medicina, celebrado en septiembre de 1935 en Madrid, bajo la presidencia del célebre doctor Gregorio Marañón. Allí se reconoció: “que Finlay fue el primero en establecer científicamente el principio de la transmisibilidad de las enfermedades infecciosas, del hombre atacado, al hombre sano no inmune, por insectos chupadores intermediarios, el 14 de agosto de 1881”. En dicho congreso se estableció además, que Finlay fue el primero en formular los principios higiénicos para la prevención de la enfermedad, y se aclaró el extraordinario papel desempeñado por su doctrina en el saneamiento del área del Canal de Panamá durante su construcción. El médico cubano había expuesto su teoría en un trabajo en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en 1881.
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